Siempre mirando hacia adelante. Así es como se desarrolla la carrera de este aventurado músico afincado en Nueva York desde hace más de dos décadas. Desafiando los límites de los géneros. Partiendo del post bop y retorciendo los lindes del jazz contemporáneo mientras tantea la vanguardia, la música klezmer o la improvisación, como demostró en el magnético Naked Truth (2022), el quinto que publicaba ya en el emblemático sello ECM de Manfred Eicher, o en Iroko (2023), su reciente trabajo junto a Abraham Rodríguez Jr. En formato de trío o de cuarteto y siempre con el sonido de su trompeta como seña de identidad, marcado por la influencia de Miles Davis u Ornette Coleman. La suya es música profundamente evocadora, azarosa, en perpetua búsqueda de la belleza allí donde pocos se atreven a buscarla. Toda una experiencia.