A José James se le queda pequeño el jazz. Siempre ha dicho que su escena es demasiado conservadora. Que es como una camisa de fuerza. Por eso le ha gustado siempre explayarse en composiciones que viven también del soul, del hip hop o del spoken word, pese a reconocer que John Coltrane o Billie Holiday son sagrados. Pero también Marvin Gaye, Terry Callier o Gil Scott-Heron. O incluso proyectos muy posteriores, ligados a la electrónica, como Basement Jaxx o Jazzanova, con quienes ha colaborado en algunos de sus discos. Podría decirse que lo de este músico norteamericano es la música de raíz negra con groove y sensualidad, sin demasiados sufijos ni prefijos. Y lo mismo debe pensar su sello, Blue Note, en el que ha publicado sus últimos cinco trabajos, y en cuyo club neoyorquino estuvo actuando durante una semana entera en el verano de 2022.