La saudade y el ritmo. La dulzura y el baile. La textura y la cadencia. El legado y el presente. Para Isabel Gilberto de Oliveira es tan importante una cosa como la otra. La hija de de João Gilberto y sobrina de Chico Buarque es la reina de la bossa nova electrónica (aunque no solo eso) desde hace un poco más de dos décadas, cuando Tanto Tempo (2000), su tercer álbum, se convirtió en una de las sensaciones de aquella temporada y la catapultó a una exitosa carrera con más de dos millones de discos vendidos y colaboraciones con artistas de la talla de Arto Lindsay, Thievery Corporation, David Byrne, Towa Tei, Caetano Veloso o el propio Chico Buarque, y remezclas y producciones a cargo de algunos de los ingenieros de sonido punteros de las últimas décadas como Marius De Vries, Mark Ronson o Mario Caldato Jr.
Paradójicamente, lo que nunca había hecho hasta ahora Bebel Gilberto es un disco versionando las composiciones de su padre, y eso es lo que precisamente resuelve el reciente João (2023): como ella mismo lo define, una carta de amor a su progenitor, fallecido en 2019, con quien empezó a cantar cuando era una niña y cuya herencia como padre de la bossa nova fue tan inspiradora no solo para ella, sino para media humanidad.